Arthur y Yu son los motes de infancia de Grant Olsen y Sonya Westcott, dúo de Seattle que compone tiernas y espinosas nanas bajo la sublime influencia de Lee Hazlewood & Nancy Sinatra. Su sonido vintage y genuinamente sesentero está plagado de armonías preciosistas y delicados pasajes a dúo, compenetrándose para dar forma a sus evocadoras y volátiles canciones.
"In Camera" se podría titular idóneamente "Nuestro Primer Disco" (o "Our First Album" si preferís), y es tan fuerte el aroma a exquisita nostalgia que desprende que uno puede fácilmente proyectar mentalmente remotas películas en súper 8 de colores amarillentos y grano grueso. Además, Arthur y Yu son los respectivos motes de infancia de Grant Olsen y Sonya Westcott, dúo de Seattle que desembarca con un debut apabullante, a la vez tierno y espinoso, bajo la sublime influencia de la pareja Lee Hazlewood & Nancy Sinatra.
Sus dos voces son indudablemente las protagonistas de "In Camera" y plasman aquí armonías vocales cuya compenetración y adecuación remite, aparte evidentemente de a la pareja Hazlewood/ Sinatra, a las de Gainsbourg/ Birkin, Dean/ Britta de Luna o Alan Sparhawk/ Mimi Parker de Low, no tan al nivel estrictamente musical sino en sus ideales intrincaciones y su dinámica perfectamente engrasada. Crean hipnóticos vaivenes vocales, midiendo con precisión quirúrgica -pero nada prefabricada- los despegues líricos y el silencio que se esconde entre los compases, con un aplomo impresionante (Sonya Westcott fue bajista de la banda Rogue Wave, y es también vocalista protegida de Jimmy Tamborello, habiendo participado en sus proyectos como James Figurine y Dntel).
Acompañados por Bobby Wane, Ben Kersten y Scott Blue a los distintos instrumentos, han producido el disco mayormente 'en casa', lo que le confiere una pátina lo-fi sabiamente elaborada, para llegar a un sonido vintage, genuinamente sesentero, que comparten con los escandalosamente ignorados ingleses The Clientele. Desplegando una sutil batería de reverbs, voces filtradas, efectos de pedal, flautas moduladas y tamborines que añaden un toque psicodélico a sus canciones de folk-pop atemporal, consiguen reunir una colección de diez canciones perfectas, algodonosas, dulces y floridas, aunque el ramo de rosas haya conservado sus espinas y se puedan a veces esconder astillas en la nube de azúcar, como en la perversa y erótica 'Lion's Mouth', suerte de educación sexual prepúber en la que Grant solloza "Oh, we coulda kept it fun.../ My fingers in your buttons". Habitados por la extraña y morbosa delicadeza de la Velvet época Nico, el 'big nothing' al que canta Grant en '1000 Words' recuerda infaliblemente al 'Sweet Nothing' de The Velvet Underground. También nos podríamos referir a The Magnetic Fields, Harry Nilson, Mojave 3 o Mazzy Star (sobre todo por la voz 'hopesandovalesca' de Sonya Westcott), pero las canciones de Arthur & Yu contienen tanto arte y carácter que uno se olvida del resto del mundo durante estos 35 minutos de pura felicidad.
