La andadura de Big City comenzó en Zaragoza hace algo más de cuatro años, cuando al amparo de una nueva hornada de bandas nacidas bajo la estela del sello amateur Titus Records (simplemente un grupo de amigos apasionados de la música no resignados a ser parte pasiva del país) se creó una formación estable y definitiva compuesta por Jorge Bolea (bajo), Hugo Lasala (guitarra), Francho Pérez (batería y coros) y Javier Vicente (cantante, guitarra, teclados). La edad de sus componentes oscilaba entonces entre los 19 y los 21 años, y su experiencia se remontaba a numerosas bandas, algunas con cierta relevancia, como es el caso de Dream Lovers (donde Francho Pérez y Javier Vicente tuvieron su primera apuesta “seria” en la escasa escena zaragozana).
En los comienzos las influencias más notables venían sobre todo de parte del pop más clásico (Byrds, Beatles, Big Star, Beach Boys...) pasado por el filtro del indie-rock americano de los 90. La primera maqueta del grupo, grabada en las Navidades del 2000 por cuenta propia y que incluía los temas “Dorothy By The Beach”, “Box Upon The Shelf” y una primigenia versión de “Polen” en clave distorsionada, daba cuenta de ello.
Ante el abandono por razones académicas de Jorge Bolea, Miguel Yrureta (alma de Dream Lovers y, por qué no decirlo, pequeño mago por aquel entonces de las grabaciones caseras del colectivo Titus Records) se incorporó al grupo en el verano del 2001.
Poco a poco géneros como la psicodelia (Love, primeros Pink Floyd... y las etapas más lisérgicas de grupos como The Hollies o The Zombies) y el Country-Rock (Gram Parsons, Neil Young, Gene Clark...) comenzaron a formar parte de las composiciones. La segunda maqueta del grupo, grabada a caballo entre una casa de campo propiedad de la familia de Jorge y el salón de Miguel, cuando éste se unió a la banda, contenía cinco temas y una pista oculta. Las canciones eran: “How The West Was Lost”, “The Girl’s Not Gonna Change”, “Recipe For A Dream”, “When Eyes Open” y “Alrite”; dos de las cuales fueron regrabadas para “A Spring Of Summers”. Esta maqueta fue enviada a varias discográficas y tuvo una más que aceptable acogida, con numerosas copias vendidas en las actuaciones, reconocimiento en diversos e-zines y publicaciones y alguna que otra oferta para poder grabar en sellos independientes. Big City prefirió esperar a ver qué pasaba. Poco a poco los conciertos comenzaron a ser más frecuentes, y el inte…
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La andadura de Big City comenzó en Zaragoza hace algo más de cuatro años, cuando al amparo de una nueva hornada de bandas nacidas bajo la estela del sello amateur Titus Records (simplemente un grupo de amigos apasionados de la música no resignados a ser parte pasiva del país) se creó una formación estable y definitiva compuesta por Jorge Bolea (bajo), Hugo Lasala (guitarra), Francho Pérez (batería y coros) y Javier Vicente (cantante, guitarra, teclados). La edad de sus componentes oscilaba entonces entre los 19 y los 21 años, y su experiencia se remontaba a numerosas bandas, algunas con cierta relevancia, como es el caso de Dream Lovers (donde Francho Pérez y Javier Vicente tuvieron su primera apuesta “seria” en la escasa escena zaragozana).
En los comienzos las influencias más notables venían sobre todo de parte del pop más clásico (Byrds, Beatles, Big Star, Beach Boys...) pasado por el filtro del indie-rock americano de los 90. La primera maqueta del grupo, grabada en las Navidades del 2000 por cuenta propia y que incluía los temas “Dorothy By The Beach”, “Box Upon The Shelf” y una primigenia versión de “Polen” en clave distorsionada, daba cuenta de ello.
Ante el abandono por razones académicas de Jorge Bolea, Miguel Yrureta (alma de Dream Lovers y, por qué no decirlo, pequeño mago por aquel entonces de las grabaciones caseras del colectivo Titus Records) se incorporó al grupo en el verano del 2001.
Poco a poco géneros como la psicodelia (Love, primeros Pink Floyd... y las etapas más lisérgicas de grupos como The Hollies o The Zombies) y el Country-Rock (Gram Parsons, Neil Young, Gene Clark...) comenzaron a formar parte de las composiciones. La segunda maqueta del grupo, grabada a caballo entre una casa de campo propiedad de la familia de Jorge y el salón de Miguel, cuando éste se unió a la banda, contenía cinco temas y una pista oculta. Las canciones eran: “How The West Was Lost”, “The Girl’s Not Gonna Change”, “Recipe For A Dream”, “When Eyes Open” y “Alrite”; dos de las cuales fueron regrabadas para “A Spring Of Summers”. Esta maqueta fue enviada a varias discográficas y tuvo una más que aceptable acogida, con numerosas copias vendidas en las actuaciones, reconocimiento en diversos e-zines y publicaciones y alguna que otra oferta para poder grabar en sellos independientes. Big City prefirió esperar a ver qué pasaba. Poco a poco los conciertos comenzaron a ser más frecuentes, y el interés por la banda fue creciendo.
Uno de los sellos a los que llegó el CD fue Grabaciones En El Mar. Pedro Vizcaíno, el responsable de GELMAR, se enteró de que el grupo estaba empezando a trabajar en una tercera maqueta, allá por Octubre del 2002, y les propuso telonear a Modesty Blaise a su paso por la capital aragonesa, donde presentaron ya algunos de los temas de esa tercera grabación.
Por aquel entonces el espectro de arreglos y detalles en cada composición ya daba una seria idea de cómo podría sonar un larga duración de Big City. Esta tercera maqueta, que nunca vería la luz salvo en el cuarto de estar de Pedro, se alejaba en gran medida de aquella que grabara la banda en el 2000, e incluía las canciones “Invierno”, “The Ballad Of Cow & Chicken”, “A Picture Masterly Made”, “Some Burds” y “Trees With Eyes”. Tanto las canciones en sí como la producción de la maqueta, grabada y mezclada como siempre de forma totalmente artesanal por los propios miembros del grupo, hicieron decantarse a GELMAR por Big City.
Prácticamente justo después de la finalización de esa tercera maqueta el grupo entró en los estudios Séptimo Cielo, a punto de concluirse el año 2002. Allí grabaron ciertas pistas del LP (baterías, pianos y algunas guitarras) durante cuatro días. Los siguientes tres meses los dedicaron día, tarde, y a veces noche, a grabar y producir por su cuenta el resto de las tomas, desde voces, coros, bajos, teclados y más guitarras a xilofones, banjos y lap steels.
La verdad es que después de verles tocar en directo, ejecutando un set perfecto, poco antes que al gran Jeff Tweedy con Wilco, recibir la noticia que Big City han sacado un nuevo trabajo es siempre un motivo de alegría.
Si además ese nuevo trabajo, Call an ambulance (King of Patio, Junk (ES) / Naked Man Recordings (UK & USA)), te deja enganchado al reproductor a la primera escucha, la noticia es doblemente buena
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