El cantaor Enrique Morente es el flamenco vivo, la voz de nuestro tiempo. Morente, además de ser un genial cantaor, significa para el arte flamenco un modelo necesario, un estilo de entender el arte. Al igual que otros artes, el flamenco suele considerarse patrimonio de los puristas. Pero entre el academicismo añejo y la vulgarización degradada, hay un territorio intermedio, un lugar en el que se producen los verdaderos riesgos del arte vivo, las apuestas profundas, que hacen los verdaderos hombres o mujeres que están llamados a ser artistas.La vida del cantaor Enrique Morente, nacido en El Albaicín granadino, está ligada al cante desde siempre. “El cante se tiene o no se tiene, pero a mi me debe venir de mi madre, que cantaba una saeta que quitaba el sentío”. Pasó por las Cuevas de Nemesio y terminó en el cuadro grande de Zambra, uno de los más importantes de la historia flamenca de Madrid. Horas y vida, afición para aprender, dominar vocalizar, por su preocupación por ser cantaor y ese profundo respeto del que se siente y quiere ser cantaor.
Llega su primer disco en 1967, Cante Flamenco, con el guitarrista Félix de Utrera. En él, Morente deja prueba de su sabiduría cantaora, con un repertorio que no era moneda de cambio en ese momento. Madrid de huelgas, asambleas, manifestaciones, el mayo francés y los acontecimientos universitarios de México; un cantaor jovencísimo, comprometido con la realidad social que vive España, participa en diversos recitales en las universidades.
Durante toda su vida artística, Morente ha dedicado su ya largo trabajo de adaptación al flamenco de poetas de nuestra literatura como García Lorca, Antonio y Manuel Machado, San Juan de la Cruz, al Mutamid, José Bergamín y Miguel Hernández. En 1971 publica Homenaje Flamenco a Miguel Hernández. Al gran poeta de Orihuela, que en aquellas calendas estaba prohibido, fue Morente el primero en devolverle la vida. Se adelantó dos años a Joan Manuel Serrat.
En el año 1977 grabó el Homenaje a Don Antonio Chacón, con el tocaor Pepe Habichuela. En él recordó a todos la gran obra del maestro jerezano. Fue Premio Nacional de Música Popular del Ministerio de Cultura, expresando con la libertad del que sabe los caminos y los expresa desde su arte. En este mismo año publicaría Despegando. Utilizó por primera vez acompañamiento con cajón, desconocido instrumento por estos pagos que hoy se utiliza hasta para hablar con el c…
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El cantaor Enrique Morente es el flamenco vivo, la voz de nuestro tiempo. Morente, además de ser un genial cantaor, significa para el arte flamenco un modelo necesario, un estilo de entender el arte. Al igual que otros artes, el flamenco suele considerarse patrimonio de los puristas. Pero entre el academicismo añejo y la vulgarización degradada, hay un territorio intermedio, un lugar en el que se producen los verdaderos riesgos del arte vivo, las apuestas profundas, que hacen los verdaderos hombres o mujeres que están llamados a ser artistas.La vida del cantaor Enrique Morente, nacido en El Albaicín granadino, está ligada al cante desde siempre. “El cante se tiene o no se tiene, pero a mi me debe venir de mi madre, que cantaba una saeta que quitaba el sentío”. Pasó por las Cuevas de Nemesio y terminó en el cuadro grande de Zambra, uno de los más importantes de la historia flamenca de Madrid. Horas y vida, afición para aprender, dominar vocalizar, por su preocupación por ser cantaor y ese profundo respeto del que se siente y quiere ser cantaor.
Llega su primer disco en 1967, Cante Flamenco, con el guitarrista Félix de Utrera. En él, Morente deja prueba de su sabiduría cantaora, con un repertorio que no era moneda de cambio en ese momento. Madrid de huelgas, asambleas, manifestaciones, el mayo francés y los acontecimientos universitarios de México; un cantaor jovencísimo, comprometido con la realidad social que vive España, participa en diversos recitales en las universidades.
Durante toda su vida artística, Morente ha dedicado su ya largo trabajo de adaptación al flamenco de poetas de nuestra literatura como García Lorca, Antonio y Manuel Machado, San Juan de la Cruz, al Mutamid, José Bergamín y Miguel Hernández. En 1971 publica Homenaje Flamenco a Miguel Hernández. Al gran poeta de Orihuela, que en aquellas calendas estaba prohibido, fue Morente el primero en devolverle la vida. Se adelantó dos años a Joan Manuel Serrat.
En el año 1977 grabó el Homenaje a Don Antonio Chacón, con el tocaor Pepe Habichuela. En él recordó a todos la gran obra del maestro jerezano. Fue Premio Nacional de Música Popular del Ministerio de Cultura, expresando con la libertad del que sabe los caminos y los expresa desde su arte. En este mismo año publicaría Despegando. Utilizó por primera vez acompañamiento con cajón, desconocido instrumento por estos pagos que hoy se utiliza hasta para hablar con el cielo.
En 1980 recordamos el mano a mano, que quisieron montar en el Teatro Frontón de Madrid, con Camarón de la Isla. No fue un duelo, como muchos esperaban, fue una noche histórica para el cante. Camarón y Morente se admiraban y se respetaban, dándonos una noche mágica. 1981 sería el del éxito en París, en el Teatro Olympia, con su espectáculo Andalucía Hoy. En el 82 interviene como actor y cantaor, junto a José Luís Gómez, en Edipo Rey, en el Teatro Romano de Mérida. Publica en este mismo año Sacromonte, acompañado de Tomatito a la guitarra, Rubén Dantas, Carlos Carli y Tito Duarte. En la obra Macama Jonda, de José Heredia Maya, Enrique, junto con el maestro Chekara, funde elementos rítmicos y melodías de las dos orillas del Mediterráneo, realizando el primer encuentro musical andalusí-flamenco que luego sería repetido hasta la saciedad.
En el 91 graba Misa Flamenca, que comenzó a trabajar por encargo para la Abadía de Fontfroide, en el Sur de Francia. Un nuevo reto musical, donde los diferentes palos van discurriendo a lo largo de la composición. Seguimos en el 92 con un encuentro mágico: Morente y Max Roach. El jazz y el cante flamenco sobre un mismo escenario. El comienzo de diálogo entre dos músicas.
Los 90 son una década prolija en colaboraciones para Morente. En 1996 se une a los también granadinos Lagartija Nick para dar forma a Omega, álbum en el que encuentran el flamenco y el rock experimental, Lorca y Leonard Cohen, la tradición y la modernidad. Entre sus incesantes proyectos y su trabajo junto a su hija, la cantaora Estrella Morente, en 2003 publica El Pequeño Reloj, su último disco hasta la fecha. Una de sus últimas aventuras es el documental Morente Sueña la Alhambra, en el que su voz se une a las de la alemana Ute Lemper y el argelino Khaled, además de a la guitarra de Pat Metheny y el baile de Israel Galván y Blanca Li. Nuevos capítulos de una carrera marcada por el respeto al pasado y la determinación de romper barreras dentro y fuera del mundo del flamenco.
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