“¿Quién dijo miedo?” Es el título de la primera canción del debut de Glez. y un buen lema para el lanzamiento de un disco que sale a la calle en martes 13 (de octubre) y lleva por título “Demos” (“Demonios”, en gallego, además de “Maquetas”, en inglés, subjuntivo del verbo “dar” y la raiz griega de “pueblo”… pop!). Amaro Ferreiro, que hace algo más de un año inició su camino en solitario con “Laciudadelasagujas”(A. Record, 2007) demuestra que con su talento es capaz de conjurar todos los demonios que acechan a la industria discográfica. Este nuevo proyecto, con la presencia destacada del guitarrista y compositor Emilio Saiz, les sitúa en la vanguardia del pop-rock alternativo de este país. Precisament algunos de los músicos que dieron forma a “Mentiroso mentiroso”, el último álbum del ex líder de Piratas, integran Glez. Además de Amaro Ferreiro, guitarrista, vocalista y compositor principal, conforman la banda Toni Toledo, batería de Sexy Sadie e Iván Ferreiro; el joven guitarrista Emilio Saiz y el padre de éste, Suso Saiz, músico, compositor, guitarrista, arreglista y productor musical, pionero de la electrónica y las músicas de vanguardia en España, personaje clave de la última etapa de Piratas y coproductor de “Mentiroso mentiroso”. Saiz padre, que mostró su vena experimental en el disco “Trash of Dreams”, junto a Fon Román (otro ex Pirata), se enfunda en “Demos” el bajo por primera vez, con magníficos resultados. El punto de Glez. le corresponde a Modesto C. Pedrido, el joven vigués productor ejecutivo del álbum y elemento esencial en la reacción química que ha dado como resultado Glez. Once temas conforman el primer disco de Glez., cuarteto que, a la manera de los Smiths, toma su nombre de uno de los apellidos más comunes de la guía telefónica. Desde la rotunda “Quién dijo miedo?”, que abre el álbum, al sutil cierre instrumental “Cabeza borradora” (¿referencia tal vez a la película de culto del siempre enigmático David Lynch?), las once canciones transitan por un vasto territorio de pop-rock por el que los sonidos toman direcciones sorprendentes, cabalgando sobre los ritmos sincopados –a menudo cercanos al jazz- de la batería de Toni Toledo y el suave fluir de la guitarra de Emilio Saiz. “Cabeza borradora”, compuesta por todo el cuarteto, ejemplifica esta capacidad de sorpresa, con un comienzo acústico de folk americano que deriva en una atmósfera híbrida entre Brian Eno y Sonic Youth, todo atravesado por una melodía de “e-bow” tan hipnótica como sugerente. Si hablamos de Lynch, la segunda referencia cinematográfica llega a través de “Las nihilistas”. Las gaviotas que “ríen” –con un inquietante parecido a la voz humana- al comienzo y al final de la canción remiten inevitablemente a “Los pájaros” de Alfred Hitchcock. “Por las mañanas oigo en mi cama gaviotas reír”, canta Amaro. Los que viven –y duermen- en Vigo, como el menor de los Ferreiro, saben que esta frase es algo más que una metáfora. Los arpegios de Emilio Saiz –guitarrista sorprendentemente maduro para sus veintipocos años- conforman el esqueleto del sonido de Glez. Otro de los momentos más estelares del disco llega con “Olas”, tema situado justo en el medio del álbum, y que crece a partir de un lento “riff” de guitarra para alcanzar altos niveles de majestuosidad  y belleza. Hace falta echar un vistazo a los créditos para convencerse de que el que canta es Emilio Saiz, autor de esta magistral balada de esquema sinfónico que hubiera tenido perfecto encaje sonoro en el  “O.K. Computer” de Radiohead. Una auténtica joya que ha empezado a correr como pólvora encendida por los “blogs” especializados y en YouTube Las guitarras al revés giran alrededor de “Vueltas”, otro de los cortes más interesantes de “Demos”, que, como parece indicar su nombre, es un disco que huye como del demonio de la sobreproducción, y en el que la sencillez y el minimalismo no son sinónimos de racanería sonora, sino de riqueza melódica, sello inconfundible de las producciones de Suso Saiz. “Perro hombre estrella”, coescrita por Amaro y por Emilio, es otra de las composiciones que parte de un claro esquema pop para perderse por paisajes sonoros inexplorados, poblados de hermosas texturas de guitarra eléctrica. “Debí de ser un chico complicado (…) La mejor de mis virtudes y el peor de mis defectos es mi forma de ser”, proclama Amaro, sin que quede claro si se trata de una letra autobiográfica.

“Una de tus historias”, con su inicio de bajo funky, desprende un aire de comercialidad bien entendida sin renunciar a retorcer las melodías, de ahí su final con una avalancha de distorsión guitarrera.

Concebido entre Vigo, Palma de Mallorca y Madrid, “Demos” (Warner Music Spain), no es un disco fácil ni un producto de consumo rápido, sino que, como las mejores obras musicales, exige varias escuchas para apreciar su intensidad y sus matices.

“Hay quien no cree en nada y yo no sé que decir”, dicen los versos de “Las nihilistas”. No es cierto. Definitivamente Glez. tienen mucho que decir.  Son “demonios que se muestran ofrenciendo música a todos”.