El segundo disco de La Canalla es música sin truco, es una celebración de la vida aunque a veces duela, es la prueba de que hay otra forma de hacer las cosas, más que una filosofía, es una religión, la religión Canalla. La Canalla practica en este disco, la riqueza y la sencillez, lo sublime y lo cotidiano, lo humano y lo divino... Una sucesión de contrastes que, como la vida misma, enamoran desde el principio y van calando con el tiempo. Cada vez que lo escuchas, descubres matices y detalles que parecían no estar. Un disco que sin duda es de ahora, parece de antes y se quedará para siempre.
Grabado en los Estudios Trafalgar de El Puerto de Santa María de forma analógica, en cintas de toda la vida, y en directo, sin trampa de ni cartón, ha contando con la colaboración de amigos como Javier Ruibal, la siempre canalla Vicky Luna, además de otros ilustres como Doña Mariana Cornejo y algunos chirigoteros gaditanos de renombre, o el gran Santos de Veracruz, que vuelve a estar…
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El segundo disco de La Canalla es música sin truco, es una celebración de la vida aunque a veces duela, es la prueba de que hay otra forma de hacer las cosas, más que una filosofía, es una religión, la religión Canalla. La Canalla practica en este disco, la riqueza y la sencillez, lo sublime y lo cotidiano, lo humano y lo divino... Una sucesión de contrastes que, como la vida misma, enamoran desde el principio y van calando con el tiempo. Cada vez que lo escuchas, descubres matices y detalles que parecían no estar. Un disco que sin duda es de ahora, parece de antes y se quedará para siempre.
Grabado en los Estudios Trafalgar de El Puerto de Santa María de forma analógica, en cintas de toda la vida, y en directo, sin trampa de ni cartón, ha contando con la colaboración de amigos como Javier Ruibal, la siempre canalla Vicky Luna, además de otros ilustres como Doña Mariana Cornejo y algunos chirigoteros gaditanos de renombre, o el gran Santos de Veracruz, que vuelve a estar en los pinceles del arte del disco.
Con “El bar nuestro de cada día” La Canalla vuelve a demostrar que hay otra manera de hacer las cosas, que copla y jazz se llevan bien cuando tocan buenos músicos y se cuentan historias vivas, y que además son capaces de procesar con absoluta naturalidad otros ritmos tan dispares como el blues, la inspiración balcánica, el freejazz, la canción popular gallega o el mismísimo reguetton sin ningún tipo de complejos, con total honestidad y una buena dosis de provocación, siendo capaces de reírse sin dejar de llorar, una tragicomedia macerada en tinto y tabaco que llevan al escenario con un desconcierto cautivador creado a base de música y palabra.
Escucha el disco: http://lacanalla.bandcamp.com - http://open.spotify.com/album/2JHW5u3PH0lAyCcflbrrRH
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