Maddi Oihenart es sin duda una de las voces más fascinantes, ricas y auténticas que jamás se han escuchado en la música popular vasca. 
Nadie como Maddi representa y enriquece el modo de cantar de Zuberoa, territorio del País Vasco francés que ha sabido conservar viva la canción pastoril, una canción rural que, lejos de envejecer, sigue siendo conservada, respetada y amada como nunca. 
El modo de cantar de Maddi Oihenart no se rige por géneros ni convenciones estilísticas: está basado en el canto a capella que surge del alma de quien, como ella, vive y siente en las montañas. Su compás no es otro que el que marca el viento, no sigue otro ritmo que el de la naturaleza, el sentimiento, la intuición. Y su voz, pura profundidad y sensibilidad, sólo se somete a la magia de una tierra mágica, mítica, que, como ella y su música, es tan auténticamente vasca como universal.
Como no podía ser de otra forma, Maddi Oihenart ha sido parte imprescindible en numerosos proyectos discográficos que han registrado música de Zuberoa. Pero sus inquietudes van más allá: con el disco “Ihargi Min” (Metak, 2003), firmado por Maddi Oihenart y Josetxo Goia-Aribe, dio un paso adelante para adentrase, sin abandonar sus raíces, en el lenguaje del jazz, un mundo que no le resulta precisamente ajeno. Una gratificante sorpresa. 
Fue el comienzo de un camino que continúa ahora con el disco y concierto “Hari Biru” (Elkar, 2007), su propuesta más personal y decidida. Maddi Oihenart, más libre que nunca, apuesta por un acompañamiento instrumental contemporáneo para invitarnos a conocer su mundo, sereno, envolvente, verdadero, sin contaminar, habitado de poesía y de folk renovado. La vida vista desde Zuberoa es otra cosa. La voz de Maddi también. 
“Hari biru”, el primer trabajo que Maddi Oihenart firma en solitario, reúne las esencias de su tierra, la paz de su alma y recuerdos eternos tejiéndolos alrededor de su espléndida y privilegiada voz, siempre bella, abierta y exuberante, basándose en algunas composiciones propias así como en la poesía vasca contempor&… Más... »

Maddi Oihenart es sin duda una de las voces más fascinantes, ricas y auténticas que jamás se han escuchado en la música popular vasca. 
Nadie como Maddi representa y enriquece el modo de cantar de Zuberoa, territorio del País Vasco francés que ha sabido conservar viva la canción pastoril, una canción rural que, lejos de envejecer, sigue siendo conservada, respetada y amada como nunca. 
El modo de cantar de Maddi Oihenart no se rige por géneros ni convenciones estilísticas: está basado en el canto a capella que surge del alma de quien, como ella, vive y siente en las montañas. Su compás no es otro que el que marca el viento, no sigue otro ritmo que el de la naturaleza, el sentimiento, la intuición. Y su voz, pura profundidad y sensibilidad, sólo se somete a la magia de una tierra mágica, mítica, que, como ella y su música, es tan auténticamente vasca como universal.
Como no podía ser de otra forma, Maddi Oihenart ha sido parte imprescindible en numerosos proyectos discográficos que han registrado música de Zuberoa. Pero sus inquietudes van más allá: con el disco “Ihargi Min” (Metak, 2003), firmado por Maddi Oihenart y Josetxo Goia-Aribe, dio un paso adelante para adentrase, sin abandonar sus raíces, en el lenguaje del jazz, un mundo que no le resulta precisamente ajeno. Una gratificante sorpresa. 
Fue el comienzo de un camino que continúa ahora con el disco y concierto “Hari Biru” (Elkar, 2007), su propuesta más personal y decidida. Maddi Oihenart, más libre que nunca, apuesta por un acompañamiento instrumental contemporáneo para invitarnos a conocer su mundo, sereno, envolvente, verdadero, sin contaminar, habitado de poesía y de folk renovado. La vida vista desde Zuberoa es otra cosa. La voz de Maddi también. 
“Hari biru”, el primer trabajo que Maddi Oihenart firma en solitario, reúne las esencias de su tierra, la paz de su alma y recuerdos eternos tejiéndolos alrededor de su espléndida y privilegiada voz, siempre bella, abierta y exuberante, basándose en algunas composiciones propias así como en la poesía vasca contemporánea. Varios de los temas, los arreglos y la dirección musical han corrido a cargo de Juantxo Zeberio, quien ha arropado sobria y dulcemente los sentimientos melódicos de Maddi. 
“Hari biru” cautiva y atrapa, desnudo y elegante, humano y celestial, nos guía de la mano por los vericuetos de nuestros sueños y nos hace despertar sonrientes y tranquilos en el seguro regazo de su voz.