In Camera es un término latín que describe la necesidad de tomar una decisión de vital importancia a puerta cerrada, encerrados. La belleza de esta idea sugiere que la lucha, en cualquier ámbito, debe ser una decisión personal, independiente de opiniones externas, ajena a valoraciones superfciales. Cuando todo está en contra, el lugar donde se forjan las ideas debe estar protegido, cercado. Desde este reducto creado por la banda surge su música. De ahí el verbo. Surgir es brotar, manifestarse. Y se atreven a tomar esta expresión como estandarte. Ya no queremos preguntarnos por qué ocurren las cosas, simplemente ocurren.

Una trayectoria musical y personal de 10 años ha aportado a Sergio Yeste, Fernando Piccolo e Iván Corps la solidez necesaria para perseguir un objetivo que su productor y bajista, Emilio Mercader, ha esculpido dotando a la banda de una particular personalidad. Los pianos y las guitarras son melancólicos y protagonistas, las percusiones enérgicas, casi militares. Los loops electrónicos crean un respaldo moderno, en ocasiones industrial. Lo más visceral de la banda, su voz, exige al oyente atención y refexión sobre el mensaje.

El directo de esta banda madrileña tiene un fuerte componente teatral y dramático. La puesta en escena crea ambientes que permiten a la música adquirir un fuerte carácter visual y sin duda es en este ámbito donde se encuentran más cómodos, más reales.

Junto a este álbum debut, presentan el videoclip Próxima Parada…, dirigido por Gonzalo Jerez. Un sorprendente plano secuencia en el que la transformación del personaje ilustra su pérdida, admitiendo sin tapujos que, a pesar de todo, está más vivo que nunca. En defnitiva, músicas positivas que contrastan con textos que hablan de transformación y desilusión o que intentan defnir, en un sencillo poema, conceptos tan complejos como el amor o la política. Sus textos nos hacen preguntas que no tienen una respuesta inmediata, porque la respuesta requiere introspección.

Frente a este lado oscuro de las letras, el envoltorio musical que las cubre es luminoso pues, al fn y al cabo, vivimos en una oscuridad brillante. Vivimo… Más... »

In Camera es un término latín que describe la necesidad de tomar una decisión de vital importancia a puerta cerrada, encerrados. La belleza de esta idea sugiere que la lucha, en cualquier ámbito, debe ser una decisión personal, independiente de opiniones externas, ajena a valoraciones superfciales. Cuando todo está en contra, el lugar donde se forjan las ideas debe estar protegido, cercado. Desde este reducto creado por la banda surge su música. De ahí el verbo. Surgir es brotar, manifestarse. Y se atreven a tomar esta expresión como estandarte. Ya no queremos preguntarnos por qué ocurren las cosas, simplemente ocurren.

Una trayectoria musical y personal de 10 años ha aportado a Sergio Yeste, Fernando Piccolo e Iván Corps la solidez necesaria para perseguir un objetivo que su productor y bajista, Emilio Mercader, ha esculpido dotando a la banda de una particular personalidad. Los pianos y las guitarras son melancólicos y protagonistas, las percusiones enérgicas, casi militares. Los loops electrónicos crean un respaldo moderno, en ocasiones industrial. Lo más visceral de la banda, su voz, exige al oyente atención y refexión sobre el mensaje.

El directo de esta banda madrileña tiene un fuerte componente teatral y dramático. La puesta en escena crea ambientes que permiten a la música adquirir un fuerte carácter visual y sin duda es en este ámbito donde se encuentran más cómodos, más reales.

Junto a este álbum debut, presentan el videoclip Próxima Parada…, dirigido por Gonzalo Jerez. Un sorprendente plano secuencia en el que la transformación del personaje ilustra su pérdida, admitiendo sin tapujos que, a pesar de todo, está más vivo que nunca. En defnitiva, músicas positivas que contrastan con textos que hablan de transformación y desilusión o que intentan defnir, en un sencillo poema, conceptos tan complejos como el amor o la política. Sus textos nos hacen preguntas que no tienen una respuesta inmediata, porque la respuesta requiere introspección.

Frente a este lado oscuro de las letras, el envoltorio musical que las cubre es luminoso pues, al fn y al cabo, vivimos en una oscuridad brillante. Vivimos en el fondo de un pozo desde el que vemos la luna brillar. Soñamos con la plata pero estamos envueltos en una tela negra.

Dirás entonces que si están In Camera, no puedes entrar. No es cierto, no es que no puedas entrar… es que ya estás dentro.