El 2 de marzo de 1907 se aprueba la Constitución de la Asociación Musical Ovetense, preludio inicial de la Sociedad Filarmónica, cuyo fin altruista consistía en la difusión de la música pura, mediante la organización de una temporada de conciertos.
La sociedad contaba con 30 socios. Cada uno de ellos aportó cien pesetas para crear el fondo financiero base que permitiera iniciar las gestiones para organizar una serie de conciertos durante aquel año de 1907.
El Teatro de la Filarmónica se levanta en la calle Mendizábal sobre un solar de 871,23 metros cuadrados. El edificio cuenta con sótano, planta baja para butacas, escenario, camerinos, maquillaje y dos pisos para butacas y un pequeño bar en el primero. El escenario no se construye lo suficientemente amplio como para poder acoger a grandes orquestas, problema que se dejará sentir desde la inauguración del local. En el lateral norte, se reserva una especie de edificio interior anexo, cuya misión es servir de entrada de vehículos hacia los almacenes, así como albergar las oficinas de la Sociedad Filarmónica y habilitar una vivienda para el conserje encargado del edificio.
A las nueve de la noche del día 17 de mayo de 1944 las colas ante el Teatro Filarmónica se extienden Mendizábal arriba para doblar por la calle San Francisco. El concierto esta anunciado para las 10,45 horas. En la plaza Porlier se arremolina una gran muchedumbre deseosa de admirar a los asistentes al acto inaugural. En el momento en que abren las puertas, la Sociedad Filarmónica de Oviedo se convierte en la segunda de España, tras Bilbao, en disponer de local a su servicio. En total hay 1.179 personas.
Así el 14 de abril de 1982, en plena celebración de las Bodas de Platino, la Sociedad Filarmónica recibe con orgullo la noticia de que la Junta Directiva de la Capilla Polifónica “Ciudad de Oviedo” y Escolanía de San Salvador de Oviedo, presidida por José Manuel Gómez Tuñón, ha presentado ante la Fundación Príncipe de Asturias la candidatura de la Sociedad Filarmónica al Premio Príncipe de Asturias de las Artes.
En este año del setenta y cinco aniversario se recibe otro distintivo nacional, por orden ministerial del 12 de noviembre de 1982 la ministra de Cultura, Soledad Becerril, concede la medalla de Plata al Mérito de las Bellas Artes a la Sociedad Filarmónica de Oviedo.
La sociedad contaba con 30 socios. Cada uno de ellos aportó cien pesetas para crear el fondo financiero base que permitiera iniciar las gestiones para organizar una serie de conciertos durante aquel año de 1907.
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