La banda gasteiztarra xuorum alcanza su década de música con su
tercer registro con ´Siempre hay un sentido´
Queríamos un nombre que no significara nada y
la mejor forma era hacer un quorum... Le quitamos la Q, le pusimos la X...". Xuorum
nació así, pero los grupos, como los niños, no nacen al ser bautizados. Hay un
tiempo de crecimiento en el útero, ése que se gestó en X-Tragos, y que ha
derivado en esta banda gasteiztarra que cumple ya diez años de carretera, con
tercer disco en la maleta. Se llama Siempre hay un sentido, y cambia
precisamente, un ápice, el etiquetado de punk-rock que siempre acompañaba a la
banda.
"Sí que este disco va más por el rock, pero hay canciones que todavía
se parecen a lo que hacíamos antes", reconoce el bajista, Txetxo, que
junto a Lander (voz y guitarra), Gorka (guitarra) y Suso (batería), compone el
cuarteto. Es cierto que han cambiado los tiempos de batería, que se nota otro
ritmo, y es que "el cuerpo nos pedía una evolución musical, quisimos hacer
ese cambio y lo hicimos con la ayuda del productor".
Un productor que se llama Víctor Martínez, que canta en el grupo Censurados,
y que era viejo conocido de escenarios. Que, casualmente, montaba su propio
estudio en las fechas en que Xuorum andaba pensando en registrar su tercera
colección de canciones. Así que se metieron todos juntos en el estudio, para
descubrir que tenían que salir un poco de él.
Porque Martínez les propuso un método de trabajo en el que tocaba llevarse
deberes a casa, crear en el local y desarrollar individualmente, intercambiando
arreglos a través del ordenador, probando velocidades y detalles nuevos. Un
intercambio incesante, puliendo una y otra vez las canciones. "Nos ha
costado mucho adaptarnos, pero hemos visto que era lo mejor", reconoce el
bajista de la banda, "nos ha enseñado mucho y nos ha permitido avanzar
como músicos".
Lo que va en retroceso -en todos los reportajes de música se acaba hablando
últimamente de lo mismo- es la posibilidad de presentar en directo cualquier
disco, a pesar de que Xuorum acaba de poner punto a una gira de diez
conciertos. "Al inicio fue muy flojo, aparte de que sea un año en que la
música en directo está muy mal, te hacías setecientos kilómetros de ida y
setecientos de vuelta para tocar para catorce personas, pero la cosa mejoró en
Madrid y Valencia, donde siempre tenemos buena acogida".
Además, el tirón de bolos "nos ha venido bien para seguir conociéndonos
como grupo". La carretera une. Muchas horas de pensamientos, risas y
necesidad de entendimiento, como el que punk y rock muestran en sus
composiciones. En las letras, vence el punk. "Sí que somos guerrilleros en
ese sentido, seguimos metiendo el dedo en la llaga". En la música, el rock
saca una cabeza de ventaja en la photo-finish, como el tema Ya estoy despierto saca otra al resto de la colección al ser el protagonista del videoclip del
grupo. Es la más diferente, la más lenta, la que menos pegaba en todo el disco,
y nos costó creer en ella". Así que, dándole la vuelta al concepto
clásico, apostaron por la rara avis, conscientes de que su sonido ya es más que
reconocible.
En la colección -que incluye canción escondida, el clásico guiño al euskera
de sus álbumes- destacan piezas como Desastre o ese bilingüe Un
nuevo día, que lograrán traducir con relativa sencillez, a pesar de lo
complicado que parecía el proceso de entrada. ¿No han pensado en cambiar la
proporción euskera-castellano? "Ojalá pudiéramos hacer algún día un disco
doble, uno en euskera y otro en castellano".
Por ahora, Media Markt, El Corte Inglés y el bar El Globo de Judimendi son
los sitios donde puede encontrarse su último registro
